viernes, 25 de octubre de 2013

Sobre la hipótesis Gaia.

Cuando me embarco en la escritura de un relato, en lo primero en que me fijo es en que lo que estoy escribiendo sea algo entretenido (tanto para mí, como para el lector). No obstante cuando veo la ocasión (y la historia así lo exige), suelo introducir datos que no son conocidos por el gran público, y que considero que todo el mundo debería conocer.
En el caso de "El planeta de la noche eterna", una de los datos que infiltré fueron los detalles de la hipótesis de Gaia, formula en su momento por James Lovelock y Lynn Marguiles.
Esta hipótesis intenta dar una explicación satisfactoria a la principal característica de la Tierra, la que la diferencia de los demás planetas del Sistema Solar; la aparición masiva de la vida.
Según esta teoría, muy bien aceptada por los científicos de hoy en día, dice que en un principio, la Tierra fue un planeta inerte, igual que el resto de los astros del Sistema Solar. Debido a las condiciones atmosféricas de esta tierra primitiva, surgieron los primeros aminoácidos sencillos, y después las primeras moléculas orgánicas, los catalizadores, los enzimas, las estructuras moleculares complejas... No tardaron en aparecer los primeros seres vivos de la Tierra, que eran unos sencillos microorganismos.
Se especula que estos primeros organismos sería muy similares a las cianobacterias, capaces de realizar el famosos proceso de la fotosíntesis, con el cual, se sintetizaba materia orgánica a la vez que se producía oxígeno.
Ahora bien, para estos organismos primitivos, el oxígeno era una sustancia tóxica. Lo liberaban a la atmósfera primigenia, "contaminándola", hasta convertirla en la actual atmósfera de la que disfrutamos hoy en día disfrutamos , al ser descendientes de los organismos que vinieron después, quedando arrinconadas las cianobacterias a lugares donde escasea el oxígeno.
En otras palabras, que en la Tierra, primero aparecieron seres vivos, y posteriormente, apareció la atmósfera rica en oxígeno, que fue producida por estos primeros seres vivos.
Es decir, que la vida puede surgir en otros planetas, y que si algún día encontramos otro mundo que goce de una atmósfera similar a la nuestra, estará habitado.
Y además, seguir los pasos descritos por esta hipótesis, también sirve para definir cómo sería el proceso para crear atmósfera en planetas muertos. Primero, enviamos los microorganismos pertinentes, y después, esperamos a que el planeta sea habitable.
De estas cosas también se hablan en mi libro, aunque no las nombro como "hipótesis Gaia"

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